Tras años de problemas en la región, Marsans apuesta a que ahora sí ganará la jugada. Y tiene todo para ello. La gente viaja cada vez más en avión y los analistas no creen que el mercado esté saturado. Latinoamérica está en constante desarrollo y crecimiento, dice Enrique Meliá, CEO de Aerolíneas del Sur (la filial en Chile) y uno de los voceros del grupo. ¿La meta? El grupo podría crecer entre 16% y 22% este año en la región. Los analistas coinciden en el optimismo: Hay incentivos y oportunidades para entrar a operar en América Latina. Si Marsans ofrece precios competitivos, va a llenar sus aviones, dice Felipe Mercado, analista de Santander Investment, en Santiago. Los europeos son el mercado más importante, con 520.000 turistas un crecimiento del 20%, y la Asociación Europea de Aerolíneas reporta que el tráfico en el sudatlántico es el que tiene mayor crecimiento, dice Bobby Booth, analista de AvGroup, en Miami.
Lo cierto es que en España Marsans no es un recién nacido. El grupo prevé facturar en 2006 (ejercicio que cierra en febrero) unos US$ 5.700 millones (4.300 millones de euros), lo que incluye a sus aerolíneas, cerca de 500 agencias de viajes, hoteles y empresas de transporte terrestre.
Hoy, Marsans está decidida a ampliar su flota. Air Comet dará de baja los aparatos más antiguos de los nueve que posee y alquilará 10 nuevos para terminar el año con 14 aeronaves. En 2008 pretende completar 20, tras gastar cerca de US$ 1.500 millones en la compra de 12 Airbus A330 (y la opción por comprar 10 más) que repartirá entre las aerolíneas del grupo: seis para Air Comet y otros seis para Sudamérica. Con esto, la empresa busca lograr mayores economías, ya que caminaría hacia una flota concentrada en Airbus.
Aerolíneas del Sur, el brazo chileno de Marsans, pretende crecer 25% este año, dice su CEO, el español Enrique Meliá, y ya anunció rutas de Santiago a Buenos Aires y Lima. Para ello, pretende aumentar su flota de cinco a siete aeronaves.
Marsans parece tener espaldas financieras para esto. Pablo Potenze, analista del sector aviación en Buenos Aires, asegura que aún le queda dinero de los cerca de US$ 700 millones que obtuvo del gobierno español tras la compra de Aerolíneas Argentinas. Además, el año pasado ingresó US$ 900 millones (700 millones de euros) con la venta de su filial de cruceros Pullmantur a Royal Caribbean.
Esquiva eficacia
Pero el grupo tiene mucho que avanzar. Su promesa de tener costos más bajos que sus competidores sin mermar la calidad del servicio, parece ingenua en un mercado tan competitivo como el de hoy. En América Latina se enfrenta a empresas fuertes como Gol, Lan y TAM, y es difícil que en el corto plazo logre las mismas eficiencias que ellas. Marsans está haciendo esfuerzos por renovar su flota, pero no tiene muchos aviones y distintos, lo que no le ayuda, dice Potenze. A eso se suman los problemas de Aerolíneas Argentinas, como una flota de boeings antiguos, conflictos gremiales y la amenaza del gobierno de estatizar el 20% de la compañía (hoy tiene menos del 5%). Tiene poco menos de la mitad de su flota parada, mientras que Gol opera con sus aviones volando 10 horas diarias, dice Potenze. Y si el gobierno entra a la propiedad, no le permitirá bajar mucho los costos. Meliá, de Marsans, se limita a decir: Me gusta hablar de lo que hay y no de lo que se dice. Y la realidad hoy es que las cosas han prosperado en una línea positiva y tenemos muy buenas relaciones.
En España, en tanto, el competidor fuerte es Iberia, con una amplia oferta en la región. Lo mejor que tiene es su red en Sudamérica, dice Juan Solana, analista de Intermoney, en Madrid. Marsans ha crecido más haciendo vuelos charters.
Quizás éste sea uno más de los espectaculares anuncios del grupo en la región que, al final, quedan en nada. Basta recordar la conocida Ciudad Aerolíneas que su brazo en Argentina construiría en Buenos Aires, y las intenciones de viajar a China, por ejemplo. Hoy, los riesgos son altos. De seguro hará crecer sus operaciones en la región, pero no sería extraño si luego desaparece, dice Potenze. Si Air Madrid no pudo, ¿por qué va a poder Marsans?