Durazno y Treinta y Tres son los departamentos más afectados por las inundaciones, que sumadas a las crecientes en los departamentos de Soriano, Tacuarembó, Río Negro, Florida, Rocha y Cerro Largo obligaron a que unas 9.000 personas abandonaran sus hogares.
Según indica el último informe de este mediodía del Sistema Nacional de Emergencias, en Durazno hay 3585 evacuados registrados mientras que se estiman que unas 1500 personas se han autoevacuado pero no se tienen registro de las mismas. En Mercedes hay 2074 personas que se han ido de sus hogares, y en el departamento de Treinta y Tres han sido evacuadas 1490 personas.
La cifra de 9.000 personas se completa con personas que han sido evacuadas en Dolores, Tacuarembó, Florida, 25 de Agosto, Melo, Noblia, Río Branco, Cerro Largo y Cebollatí.
La ansiedad y la desazón cobra terreno entre los pobladores de las localidades afectadas que, aún cuando el agua no ha abandonado las calles y sus casas quieren regresar. Allí las autoridades encuentran un nuevo problema que se suma al de las inundaciones, controles sanitarios, alimentación; y es el de las condiciones en las que reciben esas personas sus hogares, con casas y pertenencias destruidas por el agua.
El director de Salud de Treinta y Tres, Eduardo Bruzone, dijo que uno de los principales problemas reside en las enfermedades que se pueden contraer por el agua contaminada y el contacto con roedores.
En conversación con radio Carve pidió a quienes empiecen a regresar a sus hogares que extremen los cuidados para evitar este tipo de problemas, y alertó que sobre todo debe prestarse atención a la presencia de roedores y ofidios (víboras) que han aparecido arrastradas por las corrientes, y a las conexiones eléctricas.
Las reservas de medicamentos para tratar cualquier emergencia están y remarcó que si bien por ahora no han solicitado refuerzos de asistencia desde Montevideo, repitió que es necesario que la población extreme los cuidados.
Por su parte el Jefe de Policía de Treinta y Tres, Eduardo Martínez, desestimó en radio Carve las versiones de saqueos en las casas inundadas. Aseguró que hasta el momento sólo hay una denuncia por robo vinculada con la creciente pero admitió que "hay un estado general de psicosis propiciado por el riesgo de perder todas las pertenencias".
"Mucha gente se queda en la orilla del agua mirando sus casas de lejos. Como esta zona está terrorífica hemos realizado operativos y vemos personas que trasladan objetos en botes y suele suceder que por lo general son los propios vecinos" narró.
"Tenemos barrios enteros y centenares de casas bajo agua" indicó al tiempo que la Policía realizó un cinturón en esas zonas para mejorar la seguridad. Destacó la solidaridad de los vecinos y mencionó que otra de las consecuencias de las inundaciones es la afectación que sufren cientos de ganado bovino y lanar por las crecientes.
Los problemas sí pueden empezar a plantearse cuando las familias comiencen a regresar a sus hogares. Aunque las autoridades insisten en retener a los evacuados unos días más.
"No sabemos cómo podemos dejarles esas zonas en condiciones para regresar. Por eso pedimos que esperen lo más que puedan" explicó y comentó como ejemplo que en la denominada Zona Baja de Treinta y Tres, donde se ubica una arrocera cerca del río Olimar, están cubiertas por el agua miles de hectáreas. Los animales desaparecieron.
Este martes están sobrevolando la zona por lo que recordó que para las personas que necesitan evacuación se pide que usen ropas rojas para señalizar ese requerimiento, mientras que aquellos que usen ropa o señalización de color blanco estarán comunicando necesitan alimentación.
fuente:observa.com