...pero que la respuesta y el consuelo oficial de la representación diplomática en Madrid del país hermano sea esa, es algo más que cuestionable para cualquiera de los 51 pasajeros que en algunos casos desde hace 15 días, esperan el regreso a su país de origen, sí que resulta cuando menos curioso.
Ayer nos topamos con un "campamento" de pasajeros de Aeroméxico en la T1 de Madrid. El problema es que disponen de billetes con la vuelta abierta, adquiridos hace bastantes meses, y coincidiendo con la operación salida de las vacaciones, no encuentran plaza en ningún avión con destino a su patria, aunque tambien piensan que se encuentran en la "madre patria".
Según nos informan los afectados, todos los días entorno a la hora de salida del vuelo diario de la capital mejicana, se reúnen para ver si se les ha asignado plaza. Viernes y domingo, hay dos vuelos y según nos indican "han enviado en un par de ocasiones aviones con algo más de capacidad para podernos meter, pero tambien habían vendido más boletos allá en Méjico, y nos hemos encontrado con que nuestros asientos habían sido ocupados por otras personas, ante la indignación de los empleados de la compañía en Madrid, que nos habían asegurado que podríamos regresar ese día".
La solidaridad no la reciben ni de su embajada,la compañía Aeroméxico, ni de las autoridades españolas, Aena, o alguna organización tipo ONG, que todavía no existe y que socarronamente llaman "Afectados por el overbooking sin fronteras (AOSF)".
La mayor parte de los pasajeros afectados son jóvenes que compraron sus billetes hace bastantes meses, por el ahorro que suponía hacerlo con mucha antelación, pero al dejar abierta la vuelta, no contaron con la saturación de la ocupación de los vuelos al coincidir con los desplazamientos de los turistas o nacionales que trabajan en nuestro país.
"Aquí estamos tirados desde hace 15 días y sin saber cuando regresaremos a casa", como los "sin techo" que viven en el aeropuerto, sin recibir ninguna ayuda por parte de nadie, y sin poderse costear una estancia decente en algún hotel, esperan a la 1 todos los días a que su nombre sea incluído.La única solidaridad que reciben en Madrid, es la de otros pasajeros, que quizás "se encontraron en alguna ocasión como nosotros ahora".
"¿Podría alguien interesarse por nuestra situación?", se preguntan, aún sin perder la sonrisa, pues "una cosa es no tener la vuelta cerrada con nuestro billete, y otra será que no exista posibilidad de regresar a casa nunca", y sonríe mientras mira cómplice a su compañero que agotado descansa en el suelo de la T1.
fuente: ADG