El avistamiento de aves es un pasatiempo muy placentero del que disfrutan millones de personas en todo el mundo, debido a que es posible encontrar aves en todos los sitios, la mayoría de las personas viven en proximidad a muchas especies de aves que son fáciles de observar de cerca pero los turistas anhelan los ambientes libres de polución que proporciona Uruguay. Algunos entusiastas, conocidos como twitchers, llegan a viajar inesperadamente y sin preparativos largas distancias sólo para ver una nueva especie.
La mayoría de los países han establecido en la actualidad santuarios y parques para aves salvajes; son lugares ideales para observar a las aves sin alteraciones y en su ámbito natural, en Maldonado y Rocha se tiene la suerte de poseer grandes áreas con importante cantidad de especies de aves.
Una de las organizaciones que se destaca en Uruguay por su permanente actividad y cursos desarrollando varios mes a mes, es Aves Uruguay - G.U.P.E.C.A. (www.avesuruguay.org.uy) una Organización No Gubernamental (O.N.G.) dedicada a la investigación y conservación de todas las especies de aves silvestres del Uruguay, mediante actividades enmarcadas dentro de criterios de desarrollo sustentable en la utilización de los recursos naturales, cuyo fin último es una mejor calidad de vida del ser humano. Representa a BirdLife International (www.birdlife.org) en Uruguay.
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El ecoturismo en Uruguay, ha tenido un auge en los últimos años, aunque en otros lugares del mundo hace décadas que tiene un desarrollo cada vez más importante. Es un tipo de turismo que trata de producir el más bajo impacto ambiental, que utiliza los recursos naturales sin degradarlos.
El ecoturismo promueve viajes responsables a áreas naturales en las que se conserva el medio ambiente, dando participación y favoreciendo a las comunidades locales.
Cabe señalar que no se debe confundir el término "ecoturismo" con "Turismo Rural" o "Agroturismo" que son actividades diferentes, aunque en muchos casos compatibles, pero hay que dejar en claro que son diferentes formas de turismo.
Una de las facetas del ecoturismo es el "birdwatching" u "observación de aves" o "aviturismo", diferentes terminologías con la que se conoce a esta actividad que nos puede brindar un contacto con la naturaleza mucho más íntimo, además de ser una actividad sana, recreativa y de mucho aprendizaje.
Departamentos como Maldonado, Rocha, Treinta y Tres, Cerro Largo, Tacuarembó, Rivera, Paysandú y Río Negro, están dentro de las principales rutas para la observación de aves. Cuentan con guías especializados, tanto para ecoturismo interno como para observadores de aves que llegan asiduamente del exterior, principalmente de Inglaterra, España y Estados Unidos.
Además de los circuitos también se ofrece un servicio de guía especializado para grupos nacionales o internacionales, generalmente cada guía lleva un grupo de doce personas como máximo, para poder hacer la observación de aves realmente disfrutable.
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El que ha tenido la posibilidad de viajar a otras partes del mundo y profundizar en el tema de la avifauna de cada país puede valorar aún más la increíble riqueza ornitológica existente en Uruguay.
En Sudamérica, llamado el continente de las aves, existen países con una gran diversidad de especies. Colombia, Perú, Brasil y Ecuador superan, cada uno de ellos, las 1.600 especies de aves. Sin alcanzar ese número, Uruguay cuenta con una característica que llama la atención por lo exclusiva: en una salida de campo, durante un solo día y eligiendo el lugar adecuado, se pueden identificar y observar entre 70 y 120 especies, lo que es poco frecuente en otros países. Se hace hincapié en el término observar ya que en las selvas tropicales, con gran diversidad de especies, muchas veces se llega a esa cifra o más, pero es muy difícil llegar a ver las aves.
Una de las características más destacable de la observación de aves es que es una actividad accesible a todos, ya que con muy baja inversión económica se puede contar con los elementos imprescindibles para comenzar a descubrir ese fascinante mundo.
En un informe realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se ha
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Primero se encuentra el incuestionable beneficio económico: no hay duda que los ingresos del ecoturismo tanto directos como indirectos son considerables y tienden a aumentar año tras año. Incluyen no sólo los gastos en hoteles, comidas, transportes, pago de guías, compra de artesanía, artículos fotográficos, etcétera, sino también el pago de entradas a los parques nacionales y otras categorías de áreas protegidas.
En este momento la aportación económica del ecoturismo es de suma importancia sobre todo por parte de las autoridades y en algunos países, ya es parte de un turismo que ha llegado a ser el principal proveedor de divisas derivadas del uso de la tierra. Los expertos también aseguran que el factor económico ha sido decisivo a la hora de provocar el interés de otros países.
Otra de las grandes ventajas del turismo es su bajo impacto. A menudo surge este argumento cuando se compara con el turismo de masas, cuyo impacto es superior. En este sentido, lo más apropiado es un turismo cuidadosamente regulado, practicado por personas genuinamente interesadas en la naturaleza, dispuestas a causar el menor disturbio posible y respetuosas de las costumbres locales.
Las áreas protegidas tienen una importante función. En efecto, el uso por parte de ecoturistas supone la generación de beneficios, tanto tangibles (empleos locales, por ejemplo) como otros (biodiversidad, protección de aguas y suelos). En muchos países esto ha evitado que importantes áreas de gran interés biológico, especialmente las zonas boscosas, hayan sido transformadas en potreros o tierras de cultivos o explotados en forma destructiva para madera. En otras palabras el ecoturismo en muchas instancias ha favorecido la conservación de la naturaleza.
En nuestra zona los montes y quebradas, montes serranos, palmares, bañados y áreas costeras proporcionan una diversidad de aves muy importante, con el agregado de excelentes paisajes y ambientes casi sin polución lo que atrae a gran cantidad de turistas que acostumbran a grabar los sonidos con lo que es, asegurar, una calidad inigualable.
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