Avianca ha comenzado poco a poco a dejar atrás sus días de estancamiento y problemas financieros para comenzar a perfilarse como una de las posibles candidatas a convertirse en la línea aérea más importante de Latinoamérica.

La primera línea aérea comercial en crearse en América y la segunda en el planeta fue por décadas “la bandera de Colombia por los cielos del mundo”. A mediados de los 90, las pérdidas comenzaron a acumularse y perdió fuerza al punto de convertirse en una empresa en crisis.

En 2004 el brasileño Germán Efromovich se puso a la cabeza de una compañía con pasivos por 300 millones de dólares y amparada por la Ley de Quiebras de Estados Unidos.

Dos años después, la bancarrota ya estaba en el pasado: en 2006 la aerolínea presentó ingresos por 2,59 billones de pesos (28,8% más que en 2005).

Una nueva imagen y mucho, mucho trabajo fueron esenciales para sacar adelante la compañía. Efromovich considera que es la actitud de los empleados el factor determinante para su recuperación.

La nueva administración se dedicó a la renovación de gran parte de la flota, se retomaron destinos abandonados en Estados Unidos, Europa y el territorio nacional, se ampliaron frecuencias a otros lugares y se consolidó el Puente Aéreo en Bogotá como su principal centro de conexiones, tras invertir cerca de siete millones de dólares en su remodelación.

Hoy, los orgullosos ejecutivos comentan que todos los empleados están conscientes de la importancia que tiene prestar un buen servicio a los usuarios.

Hace unos días, fue firmado un contrato por 1.500 millones de dólares para la compra de 10 aviones Boeing 787 Dreamliner. Mientras, la empresa explora otras alternativas de adquisición de aeronaves con compañías como Airbus, en su continuo intento por modernizar la flota y continuar avanzando.

Comité Editorial AeroLatinNews