La noticia ha transcendido el rutinario aviso de subas y bajas en la industria turística y es anunciada de esta manera y en forma destacada por el Miami Herald.

Con 35 años en la compañía,Dickinson cree que llegó el momento de tomarse un descanso. En estos años, hemos tratado varias veces a Dickinson y asistido a muchas charlas suyas sobre marketing ,con las que siempre deslumbraba, ya fuese enseñando a atender el teléfono o explicando el futuro de la industria.
Estaba convencido que el verdadero destino de un crucero era el barco y no los puertos que visitaba; por eso su compañía lanzó los super-cruceros (mega-liners)suplantando los antiguos  barcos de pasajeros por naves hechas especialmente para cruceristas..
Al reconocer la importancia del medio sobre el destino, se anticipó al "slow travel" tan de moda en estos tiempos, pero también al denominar a sus barcos "funships" (barcos divertidos).
Apeló desde  tiempo atrás a los "buscadores de sensaciones", algo también muy vigente en estos días.
De sus dos viejos barcos, el Carnival y el Mardi Grass, que conocimos e introdujimos en Uruguay, mucho ha cambiado esta compañía "familiar" que hoy cotiza en bolsa y posee además otras ocho importantes compañías de cruceros de primera línea cubriendo todos los segmentos del mercado.
Sin duda Bob Dickinson hizo por mucho por ella, como por toda la industria de cruceros.
Su historia, muy pintoresca, dedicada en parte a la caridad y la buena vida, merecería un capítulo aparte.
El ejecutivo renunciante, en el año 2006 ganó 4 millones 800 mil dólares.