diversos bloques de América Latina y el Caribe, al tiempo que estableció que las negociaciones -de alta prioridad- deberían estar concluidas durante el próximo año.
Como principal gesto político, los líderes europeos acordaron incluir en el documento que la UE contemplará las asimetrías regionales en las dilatadas negociaciones que sostiene con los distintos bloques de la región: la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Centro América y el Mercosur.
La declaración intentó dar nuevo impulso a la asociación birregional sobre la base de tres pilares: diálogo político, comercio y cooperación, que incluyen una amplia agenda de temas globales como la crisis de los alimentos, el cambio climático, la política migratoria y la lucha contra la pobreza.
Sin dudas, la mayor tensión que sobrevoló la Cumbre de Lima fueron las trabadas negociaciones entre la UE y los países de la Comunidad Andina, que integran Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador. Es que mientras Perú y Colombia quieren avanzar rápidamente en la firma de Tratados de Libre Comercio (TLC) con Europa, sus socios Bolivia y Ecuador han presentado reservas por los efectos que pudieran sufrir sus economías si abren totalmente sus mercados a países de Europa.
Por bloques, no países. La Unión Europea ratificó una vez más que su política será establecer acuerdos por bloques latinoamericanos y no por países, tal como hizo saber la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, quien dijo que el rumbo que tomen las negociaciones dependerá de los países integrantes de la CAN.
La tensión al interior de la Comunidad Andina quedó evidenciada durante la Cumbre. El presidente boliviano Evo Morales declaró que estaba siendo presionado por la UE para entrar a un TLC con Colombia, Perú y Ecuador. Y rechazó la posibilidad de suscribir un acuerdo comercial al señalar que los TLC son instrumentos de colonización y dominio.
La perspectiva de Colombia y Perú es diametralmente opuesta: Deseamos y necesitamos ese acuerdo, sostuvo el presidente colombiano Álvaro Uribe. Su colega peruano Alan García pidió a la Unión Europea una solución al enredo, que pasaría por avanzar en una negociación global como bloque, pero a diferentes velocidades.
Durante una de las actividades bilaterales, García se reunió con la canciller alemana Ángela Merkel, tras el cual aseguró que si siguen existiendo problemas, la Unión Europea nos permitirá ir a un acuerdo global pero de distintas velocidades y para eso contamos con el apoyo del gobierno alemán.
Otro aliado para impulsar las negociaciones del bloque andino será el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se comprometió a aumentar los esfuerzos para hacer avanzar los acuerdos. Para ello, dijo, es fundamental que los países andinos tengan una posición compartida. Algo que parece difícil.
Respecto del Mercosur, que negocia desde hace alrededor de una década un acuerdo de libre comercio con Europa, los líderes políticos acordaron relanzar las conversaciones sobre la base de una agenda más ambiciosa entre las partes, dijeron fuentes europeas. El acuerdo se encuentra trabado por el espinoso tema de la apertura de los mercados agrícolas en el Viejo Continente.
La oportunidad de Chávez. La Cumbre sirvió también para que Venezuela encaminara sus conflictivas relaciones diplomáticas con España, después del famoso ¡Por qué no te callas de la anterior Cumbre Iberoamericana de noviembre pasado. El venezolano Hugo Chávez mantuvo una reunión cordial de media hora con Zapatero, para dar un primer paso para el restablecimiento y la normalización plena de las relaciones bilaterales entre España y Venezuela, dijo un vocero del gobierno español.
Chávez también aprovechó la oportunidad para poner paños fríos al entredicho con Merkel, a quien estrechó en dos oportunidades la mano. La canciller alemana había señalado en los días previos que Chávez no era la única voz de Latinoamérica y el venezolano recogió el guante señalando que Merkel pertenecía a la misma derecha que apoyó a Adolf Hitler. Si fui duro perdóname, aquí está mi mano, le dijo este viernes.
No obstante, el mandatario volvió a marcar sus diferencias con su par colombiano, Álvaro Uribe que acusa a Venezuela de sostener vínculos con la guerrilla de las Farc-, sobre quien dijo que es uno de los grandes problemas de la región, y que se está quedando solo.
(Fotomontaje: Gustavo Poletto)
América Economía