RIO DE JANEIRO.- El desastre aéreo que causó la semana pasada la muerte de casi 200 personas fue una tragedia nacional, que coronó 10 meses de problemas de la aviación en Brasil.
Pero el desperfecto de fin de semana en un radar elevó la crisis a un nuevo nivel, causando efectos en ultramar y gran confusión en varios terminales aéreos de Estados Unidos, dando a los extranjeros una muestra del tipo de caos que viven los brasileños desde hace casi un año.
"Nos hallábamos sobrevolando el Caribe y el piloto dijo que había fallas en el control del tráfico aéreo en Brasil", recordó Steve Dolman, un empresario de Houston que viajaba a bordo de un avión de American Airlines cuyo piloto se vio obligado a retornar a Miami. "Uno se preocupa por eso, y espero que ellos se lo tomen en serio".
La falla del radar en un área del Amazonas se registró en las primeras horas de ayer, un punto crítico para los vuelos entre Brasil y Estados Unidos.
Más cancelaciones y retrasos. De los 677 vuelos programados para aterrizar o decolar entre la medianoche y la tarde de hoy, un total de 281, es decir, el 41,51 por ciento, sufrieron atrasos de más de una hora, informó Infraero, la estatal que administra los aeropuertos de Brasil.
También fueron cancelados 60 vuelos, que representan el 8,8 por ciento del total de los programados para el domingo, en una nueva jornada de caos en los aeropuertos brasileños.
La situación es más complicada en el aeropuerto de Cumbica, en Guarulhos, San Pablo, donde de las 132 operaciones previstas desde las 0 a las 12 locales, 57 (43,1 por ciento) sufrieron atrasos y otros tres fueron cancelados.
Del aeropuerto de Congonhas partieron con atraso el 22 por ciento de los vuelos, y el 30 por ciento fue cancelado.
Durante casi tres horas los controladores de tráfico aéreo en Brasil cerraron el espacio aéreo, desviando 12 vuelos internacionales, obligando a pilotos de aviones a regresar a sus puntos de origen, o a hacer escalas no programadas en otros aeropuertos tan alejados como San Juan y Santiago, en Chile.
Un vuelo de United Airlines que debía partir de Washington y transportar a 73 atletas a Río para participar en los Juegos Panamericanos debió ser cancelado. Los atletas llegaron a Río un día más tarde.
La fuerza aérea brasileña dijo que la falla del radar, a raíz de un corte eléctrico, estaba siendo investigada ante la posibilidad de que se trate de un sabotaje.
Casi 10 meses de problemas. Los brasileños fueron afectados por demoras y cancelaciones de vuelos desde septiembre, cuando un Boeing 737 de Gol Airlines se estrelló en el Amazonas muriendo las 154 personas a bordo.
Cuatro controladores de tráfico aéreo, así como dos pilotos estadounidenses que sobrevivieron a bordo de una avioneta que rozó el 737, enfrentan acusaciones penales a raíz del choque.
El accidente figuraba como el peor desastre aéreo de Brasil hasta el martes, cuando un Airbus-320 de las aerolíneas TAM se estrelló contra un edificio cerca del aeropuerto paulistano de Congonhas, muriendo 191 personas. Eso anticipa más meses de demoras y vuelos cancelados pues los controladores de tráfico aéreo han tomado medidas de fuerza, reclamando por las precarias condiciones en los terminales aéreos.
Debido a que Brasil sigue siendo uno de los escasos países de América latina donde los vuelos civiles son controlados por la fuerza aérea, la huelga es considerada una especie de traición a la patria.
Algunos sospechan que recientes problemas con radares en realidad encubren la suspensión de actividades por parte de los trabajadores. De allí que se sospeche de sabotaje.
Agencias AP y ANSA
publicado por La Nación