Los celestes comenzaron nerviosos, pero con el transcurso de los minutos controlaron el balón y fueron más incisivos en ataque.
Los goles de Nicolás Mazzarino fueron el primer empujón y luego apareció Batista en toda su dimensión, para lograr pesar en la tabla en la forma en que sólo él lo puede hacer en este equipo.
Promediando el segundo chico se vio lo mejor de Uruguay: salidas rápidas, buen manejo del balón y la velocidad de "Panchi" Barrera, trayendo desde el banco otro ritmo, para que Uruguay sacara la máxima de cinco puntos. Pero sobre el final de la primera parte el equipo se quedó, Estados Unidos reaccionó y logró pasar al frente.
En la segunda parte, Mazzarino se encargó de dejar a Uruguay en partido con tres triples espectaculares, para luego hacer que el equipo corriera adecuadamente la cancha bajo su conducción.
Osimani comenzó a crecer, sumado a un gran trabajo de Paez, quien se hizo fuerte en las tablas y disimuló perfectamente la ausencia del mejor pívot que tienen los dirigidos por Espasandín.
El triunfo fue muy festejado porque, más allá de los nombres que estaban en la cancha, se le ganó nada menos que a EE.UU.
En el resto de los partidos, Brasil se impuso ante Islas Vírgenes por 86 a 81, Puerto Rico derrotó a Canadá por 82 a 63 y Argentina dio la sorpresa y doblegó a Panamá con un marcador final de 76 a 71.
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