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Jueves, 02 Agosto 2007 18:21

La diplomacia brasileña o el discreto encanto de la hipocresía.

MVD 03 AGO 07 PDU

En reciente visita a nuestro país, Fernando Henrique Cardoso dijo: "Si yo estuviese conduciendo la política externa brasileña habría mediado en las tensiones uruguayo-argentinas,

buscando una solución dentro del espíritu mercosurista y, francamente, no veo en que Uruguay haya herido los fundamentos de ese espíritu o en que la construcción perjudique a los vecinos", en un reportaje efectuado por el diario El País, de Montevideo

Basta ver como manejan el fútbol, para darse cuenta lo fino que hila la diplomacia brasileña y por ende, los políticos que, como Cardoso, tienen vínculos internacionales, más allá de transitorios cargos.

Cardoso es un ciudadano del mundo, gran conocedor de América Latina y principalmente, de los latinoamericanos.

Imagino a Doña Rosa emocionada, diciéndole a Don José " ¿Viste?, si Fernando Henrique fuese el Presidente de Brasil hubiese mediado y el conflicto con Argentina no se habría extendido tanto...".

El profundo conocedor de la región que es Cardoso, tampoco hubiese hecho nada como no lo hizo Lula, el representante del Brasil profundo (valga el juego de palabras). Mejor expresado aún, hubiese hecho lo mismo Fernando Henrique que el actual presidente; tomar partido por Argentina, cuando Kirchner le dijo "no te metas" y no por Uruguay, cuando le dijimos "metete".

El gran objetivo internacional del gigante del norte, amén de vender aviones y armamento al primer mundo, era el sillón permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Su pretensión, gran secreto a voces de liderar la región, cuando llega el momento de los votos, choca con la posición racional de otros grandes como México que no le dan la venia ( el voto), para llegar a ese objetivo. Entonces, es muy fácil adivinar cuáles fueron las palabras pronunciadas por Kirchner a continuación del "no te metas"...¿ querés mi voto en la ONU...?

A Brasil sólo le interesa Brasil, como siempre; ni América Latina, ni el Mercosur, nada de eso. Muy lindas sus playas, muy simpática su gente, maravillosos paisajes pero, nos trancan el arroz, no nos ayudan en nada y todavía, como se dice en el barrio, "nos vienen a dar filo".

La mayoría de los políticos de primer nivel y obviamente, todos los diplomáticos brasileños, hablan inglés.Casi ninguno habla correcto español; muestra contundente para ver hacia donde miran y cuáles son sus objetivos.

De manera que,"muito obigado" Fernando Henrique, "mais, nao acredito em vocè"

ElBis Turí