Eran épocas de cambio negro-cambio oficial (que los veteranos se lo expliquen a los más jóvenes) y el Canario era uno de los banqueros-boutique (ahora se le llamaría así ¿no?) porque era quien nos cambiaba la moneda extranjera (argentinos y cruzeiros -nada de reales-)a los vendedores, que cobrábamos en cualquier signo menos en pesos.
El banquero grande, como en todas las empresas de la época era el trompa, operando desde su pecera y

Las actuales, son épocas del sálvese quien pueda; sigue habiendo, dinero oficial-dinero negro y también coyunturas, en las que estamos curados de poner guita para taponar agujeros negros y monitoreamos, cual inspectores, que es lo que pasa con las asociaciones público-privadas y especialmente, seamos o no del palo, las idas y vueltas, marchas y contramarchas de PLUNA.
Los vendedores, piezas nobles si las hay, en la actual estructura, se salen de la vaina por cerrar negocios en la antesala de una nueva temporada; los banqueros-boutique-consolidadores están en la disyuntiva del pongo o no pongo y el trompa, en vez de cristales tiene paredes de concreto, no ve lo que pasa alrededor, ocupa su precioso tiempo en defender su teoría, hace buen rato hecha pelota, no vive y no deja vivir.
Llegaban las siete de la tarde, cerraban la puerta que daba a Dieciocho y aparecía Vicente con un escocés para cada uno de nosotros y alguna original picada, jamás snacks ni quesos, generalmente, galletas o pan, untados en una especie de paté casero a base de carne cocida en limón y condimentada que era una delicia.
"Si no tenés para escocés no tomes whisky y si es vino, que sea del bueno" decía mientras sonreía, disfrutando de la certeza de saber que el mensaje llegaba y era aprobado.
Si la maleta de mano excede apenas las medidas, hay que pagar 20 dólares y si el vuelo de puente aéreo que tomaste no te permitió desayunar antes de subir, tampoco te permitirá hacerlo a bordo.
Si adivinas con 30 días de anticipación cual es el día en que tienes que viajar a Buenos Aires, el pasaje tiene un precio decoroso; ahora, si tienes que ir y volver en el día, aún si no eres un empresario acaudalado , la tarifa es una exageración.
"Es mucho mejor estar bien que estar mal y ni hablar: más vale ser rico y sano que pobre y enfermo, solía repetir Vicente, sonriendo desde los ojos, manteniendo la seriedad de su rostro curtido vaya uno a saber en que condiciones, por soles y vida.
Desde esa perspectiva, desde esa elemental mirada a la vida, cuesta entender la actualidad de PLUNA.
Maratónicas sesiones por la conciliación; desgastantes negociaciones buscando convertir en cash un hotel para pagar combustible y reponer activos.
Exámenes cotidianos o driblings imprescindibles a la prensa para estirar confesiones y siempre, postergando de una u otra manera la realidad.
Solamente con flota nueva y crédito de Sendic, PLUNA no funcionará.
Habrá que quemar mucha leña y derretir muchos cubos para lograr ubicar en la misma foto, sonrientes y ¿abrazados? a Matías, Hernán, Nico, Tato y demás, aunque debamos resignarnos a que no esté Vicente.