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Domingo, 09 Noviembre 2008 21:10

Más vale ser rico y sano que pobre y enfermo

por El Negro
El Canario Vicente, sereno de la mega-agencia (ahora me doy cuenta que lo era)en la que yo trabajaba en los setenta, tenía la sabiduría propia del hombre de campo aclimatado al cemento.


Eran épocas de cambio negro-cambio oficial (que los veteranos se lo expliquen a los más jóvenes) y el Canario era uno de los banqueros-boutique (ahora se le llamaría así ¿no?) porque era quien nos cambiaba la moneda extranjera (argentinos y cruzeiros -nada de reales-)a los vendedores, que cobrábamos en cualquier signo menos en pesos.

El banquero grande, como en todas las empresas de la época era el trompa, operando desde su pecera y desde allí, sin dejarlo traslucir, viendo todo lo que pasaba y dejando hacer, viviendo y dejando vivir.

Las actuales, son épocas del sálvese quien pueda; sigue habiendo,  dinero oficial-dinero negro y también coyunturas, en las que estamos curados de poner guita para taponar agujeros negros y monitoreamos, cual inspectores, que es lo que pasa con las asociaciones público-privadas y especialmente, seamos o no del palo, las idas y vueltas, marchas y contramarchas de PLUNA.

Los vendedores, piezas nobles si las hay, en la actual estructura, se salen de la vaina por cerrar negocios en la antesala de una nueva temporada; los banqueros-boutique-consolidadores están en la disyuntiva del pongo o no pongo y el trompa, en vez de cristales tiene paredes de concreto, no ve lo que pasa alrededor, ocupa su precioso tiempo en defender su teoría, hace buen rato hecha pelota, no vive y no deja vivir.

Llegaban las siete de la tarde, cerraban la puerta que daba a Dieciocho y aparecía Vicente con un escocés para cada uno de nosotros y alguna original picada, jamás snacks ni quesos, generalmente, galletas o pan, untados en una especie de paté casero a base de carne cocida en limón y condimentada que era una delicia.

"Si no tenés para escocés no tomes whisky y si es vino, que sea del bueno" decía mientras sonreía, disfrutando de la certeza de saber que el mensaje llegaba y era aprobado.

Si la maleta de mano excede apenas las medidas, hay que pagar 20 dólares y si el vuelo de puente aéreo que tomaste no te permitió desayunar antes de subir, tampoco te permitirá hacerlo a bordo.

Si adivinas con 30 días de anticipación cual es el día en que tienes que viajar a Buenos Aires, el pasaje tiene un precio decoroso; ahora, si tienes que ir y volver en el día, aún si no eres un empresario acaudalado , la tarifa es una exageración.

"Es mucho mejor estar bien que estar mal y ni hablar: más vale ser rico y sano que pobre y enfermo, solía repetir Vicente, sonriendo desde los ojos, manteniendo la seriedad de su rostro curtido vaya uno a saber en que condiciones, por soles y vida.

Desde esa perspectiva, desde esa elemental mirada a la vida, cuesta entender la actualidad de PLUNA.
Maratónicas sesiones por la conciliación; desgastantes negociaciones buscando convertir en cash un hotel para pagar combustible y reponer activos.

Exámenes cotidianos o driblings imprescindibles a la prensa para estirar confesiones y siempre, postergando de una u otra manera la realidad.

Solamente con flota nueva y crédito de Sendic, PLUNA no funcionará.

Habrá que quemar mucha leña y derretir muchos cubos para lograr ubicar en la misma foto, sonrientes y ¿abrazados? a Matías, Hernán, Nico, Tato y demás, aunque debamos resignarnos a que no esté Vicente.