Primera impresión en el check in: simplicidad, nada de cosas raras ni de controles antipáticos y obviamente, despachamos el carry-on para viajar cómodos.
Ubicados en la fila de asientos individuales comprobamos por los ojos y el olfato que el avión es nuevo y tiene olor a nuevo.
Treintayún segundo de carreteo para despegar y cuarenta y cinco minutos de vuelo en una tarde magnífica, fueron los tiempos necesarios para depositarnos de regreso en Montevideo.
Excelente ocupación para un vuelo en mitad de la semana y una rareza en esta ruta: aunque más no sea un jugo de naranja y una bolsita de snacks, hay servicio a bordo, existe el mensaje: SEÑOR PASAJERO USTED ES BIENVENIDO, NOS ENCANTA TRANSPORTARLO...
Y el aterrizaje, comentario aparte...hacía mucho tiempo que no experimentábamos a bordo, la sensación sublime de tocar tierra cuando el piloto "peina" la pista y hace que cueste mucho darse cuenta si aún vuela o ya carretea la aeronave.
Esto no es un artículo promocional; nadie nos lo pidió; pretende ser un testimonio y una recomendación: vale la pena volar por SOL Líneas Aéreas.
Simpatía, simplicidad y unan rareza en el Puente Aéreo del Río de la Plata: servicio a bordo.
Un mimo al pasajero no cuesta tanto, ¿verdad?
No, no es que sea muy parecido...es Paolo Montero quien al parecer, vuela por SOL.