Ustedes publicaron una nota, el 13 de agosto bajo el título "¿La historia se repetirá?". Allí claramente, se dice que había gran malestar del principal proveedor del Aeropuerto Carrasco con el principal cliente que allí opera.

Esto que les mando lo estoy escribiendo pasaditas las nueve de la noche de hoy miércoles 22, y a esta altura, el proveedor le está cortando el servicio al cliente a partir de mañana, si no aparecen antes los verdes billetes verdes.

La primera medida es que no habrá quien acarree maletas.

Si ello se confirma, el cliente deberá pedirle a sus propios funcionarios que cumplan esa tarea.

Los funcionarios, que están en medio de una gran incertidumbre, que están viendo que los días que se avecinan no pintan ser nada agradables, sabiendo que esto podía suceder, consultaron con la mesa sindical y la respuesta fue tajante: mientras no haya mesa de negociación por este nuevo frente que se abre, no se autoriza que se realice tal función.

El cliente, tiene un estilo de negociación con los acreedores que, al parecer, le ha dado dividendos; para graficarlo, aplican el clásico semblanteo del póker y estiran la piola, la estiran, postergan los pagos, negocian, llegan hasta extremos lindantes con lo insostenible.

Y cuando se está por romper la piola, aparece la oferta de último recurso, del estilo " bueno amigos, si dejamos caer esta negociación nos perjudicamos todos, nosotros no podemos hacer frente a esa cifra tan abultada, ofrecemos tanto...eso si, contado rabioso y no se habla más".

La historia reciente aporta hechos como el que les digo; se los afirmo de buena leche.

En otro frente, pero, que involucra al mismo cliente, no habría cola en el cáterin ( no corrijan, está aprobado por el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE, me lo enseñó el señor Director). ¿De que cola hablo?, de la que se bebe, la gaseosa. Otro suministro suspendido por falta de pago.

Ya ni me despido, seguimos con línea abierta.