En cuanto al resultado propiamente dicho de esta elección de medio término, resulta que el oficialismo ha perdido el control del poder legislativo.
A partir del 10 de diciembre próximo, fecha en la que asumirán los senadores y diputados elegidos, las mayorías deberían surgir de negociaciones entre las diferentes minorías.
La cuestión que no sabemos como se irá resolviendo tiene que ver con lo que podría ser la materia prima
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Ahora bien, en otras cuestiones como lo atinente a los servicios públicos es probable que la negociación pase por otro meridiano que seguramente será la ideología. En ese sentido Proyecto Sur, de Pino solanas, el socialismo y hasta algunos justicialistas disidentes estarán más cerca del oficialismo que de la oposición.
Si esta posibilidad de alianzas se conformara quedaría poco espacio para el optimismo porque significaría que la política si bien con nueva gente se sustentaría en ideas viejas ya fracasadas en nuestra historia reciente.
Sería como una vuelta de tuerca sobre el error.
Tenemos que agregar que el ideologismo sigue predominando en muchos de nuestros políticos, que más que estudiar y pensar en resolver problemas en la realidad solo les interesa ver como se resuelven en el plano ideológico.
Proyecto Sur propone promover servicios públicos desde el Estado, asi hablan de mejorar el sistema ferroviario, crear una flota fluvial, una flota marítima, mantener Aerolíneas Argentinas dentro de la orbita del Estado, pero no explican de donde obtendrán los recursos para tales fines. Solanas como gran parte de
sus votantes creen que las cosas se resuelven con solo plantearlas.
El oficialismo ha dado muestras de su cobardía y de su mala educación, ya que guardó silencio durante largo tiempo para recién reconocer la derrota de modo elíptico a las 02.20 de la madrugada del lunes, sin la generosidad mínima para saludar a los triunfantes.
Estas elecciones de medio término podrían tener aun consecuencias no queridas ni pensadas, ya que al convertirlas por obra y gracia del voluntarismo tanto de la Presidenta como de Nestor Kirchner, en un plebiscito sobre su gestión, el resultado adverso los ha colocado en una situación imprevista. El mismo día de la elección la Presidenta volvió a decir que se votaba a favor o en contra del modelo.
No es posible, por lo menos para mi, conjeturar sobre el rumbo que tomará el gobierno de la familia Kirchner, porque la familia no se mueve dentro de la lógica y la razonabilidad. Por ello hoy lunes diría, todo puede ocurrir.
Lo sensato sería que la presidenta le pida la renuncia a todos sus ministros y forme un gabinete de coalición sobre la base de un programa de gobierno que tenga en cuenta las principales demandas de la sociedad: transparencia, idoneidad, honestidad y ejemplaridad.
En cuanto a las cuestiones sobre las que debería haber un acuerdo mínimo, tendría que ver con la seguridad, salud, educación y trabajo.
Para ello es esencial impulsar nuevamente el potencial agro-industrial como moco idóneo para reactivar nuestro sistema económico.
También hay que tener presente que no hay que esperar que el resultado de esta elección resulte milagroso. El milagro dependerá de nosotros.