El próximo sábado 22 de septiembre al mediodía, cuando el alcalde de Munich rompa el primer barril al grito de "¡Ozapft! (¡abierto está!), se desatará la mayor y más popular de las fiestas de la cerveza: Oktoberfest. Y durante dos semanas (hasta el 7 de octubre) la alegría y el color se apoderarán de las calles de la ciudad alemana.
Se calcula que más de 6 millones de visitantes de todo el mundo beberán más de 60 mil hectolitros de la mejor cerveza. Medio millón de pollos asados, 200 mil salchichas de cerdo y quince toneladas de pescado también llegarán a los estómagos de los festejantes.
Pero no todo es bebida y comida: en cada una de las catorce tiendas de cerveza que se montan en el predio Theresienwiese, orquestas interpretan a todo volumen los hits del verano que acaba de irse, mientras la gente, con cerveza y brezel (rosca salada) en mano, canta y grita acompañando la música. Además, hay desfiles de carros, conciertos y una feria imperdible con puestos históricos, como la exhibición de pulgas amaestradas: casi invisibles, asombrosamente tiran carros muy superiores a su tamaño.
Oktoberfest tuvo su origen en la boda del príncipe Luis de Baviera y la princesa Teresa de Sajonia, el 12 de octubre de 1810.
Fuente: clarin.com