y siempre, trasmitir ideas, mensajes, propuestas, entonces, a diario, transitamos el teclado con ritmo sostenido, sin dificultades.
Empezar a digitar las palabras para construir esta nota, es algo que realmente no sabíamos como encarar.
Pensamos infinidad de veces, en la jornada, no escribir nada al respecto pero, no quisimos evadir la responsabilidad.
No lo hacemos como periodistas y tampoco como allegados, no lo somos; queremos compartir el dolor como padres, simplemente, de esa forma.
Uno no viene a este mundo para perder a un hijo; los cría, les trasmite valores, los disfruta, se enorgullece de ellos y sufre sus dolores, sus desengaños, sus frustraciones, más que si fueran propias.
Pero la vida tiene estas cosas y así golpea.
Nos ponemos en el lugar de los padres de Marcela desde el corazón, de verdad. Les enviamos el más cálido abrazo y la mayor solidaridad.
Fuerza y fe; estamos con ustedes.
Antonio.