El propósito de la iniciativa es proteger a los pasajeros de un problema -y un debate- que aparece indefectiblemente cada temporada alta, cuando algunos viajeros descubren en el aeropuerto que no tienen lugar en el avión aunque tengan el pasaje emitido en mano.
 
En la Subsecretaría de Transporte Aéreo de la Nación se está discutiendo sobre el monto y la forma en que se aplicará. Según fuentes de esa repartición, no se está pensando en una compensación que fije un monto específico, sino que sea un porcentaje sobre el pasaje, y que éste podría rondar entre el 40 y el 50% del valor del boleto pagado. Esto se sumaría a las actuales obligaciones de las compañías aéreas ante el pasajero cuando no puede prestar el servicio comprometido.

La intención, expresan quienes gestaron la propuesta, no es provocar un daño a las compañías, sino que la herramienta de la sobreventa sea usada en forma más prudente y darle más poder al usuario en esa situación.

Por experiencia, las compañías aéreas saben que, aun dentro de su venta, algunos pasajeros no se presentarán al aeropuerto debido a un cambio de planes o a imponderables. Las empresas amortiguan el riesgo de que ese asiento salga vacío tomando más reservas que la capacidad del vuelo y, en algunos casos, vendiendo más asientos que los que tiene el avión.

En la mayoría de los vuelos eso se compensa en forma natural y no genera ningún perjuicio al pasajero. Al mismo tiempo, permite a las aerolíneas ser más eficientes económicamente y mantener a raya las tarifas. Sin embargo, cuando hay picos de demanda, este esquema puede provocar que realmente haya en el aeropuerto más pasajeros para embarcar que lugares en el avión. Es entonces cuando la compañía hace gala de su capacidad de negociación para dejar en tierra durante algunas horas -a veces días- a tantos viajeros como sean necesarios.

Esto sucede en todos los aeropuertos del mundo: se ofrecen comidas pagas, alojamiento, pasajes o hasta dinero en efectivo. En la Unión Europea ya hay una ley que penaliza esta práctica cuando el pasajero presenta su queja ante la Justicia.

Los argumentos que expuso la subsecretaría para elevar el proyecto de modificación fueron que "la resolución Meyosp Nº 1532/98, que regula las condiciones generales del contrato de transporte aéreo, prevé que en caso de que se produzca la denegación de embarque por sobreventa de pasajes, el pasajero tiene derecho a su inclusión en el vuelo inmediato posterior o al endoso de su pasaje cuando sea aceptado, o a la devolución del precio del contrato cuando corresponda, o a ser reencaminado por otra ruta hacia el destino ( ) y a la compensación por embarque denegado de acuerdo a las regulaciones del transportador, así como a una serie de servicios incidentales a los pasajeros que incluyen comunicaciones a sus domicilios, alojamientos y traslados.

"Se aprecia que queda librado a la política de compensaciones de las compañías los resarcimientos por daños y perjuicios ocasionados por denegación de embarque por sobreventa de pasajes y que no existe un mínimo indemnizatorio fijado por la norma como ocurre en otras legislaciones", en referencia al modelo de la Unión Europea.

Para sostener su propuesta, en la subsecretaría demuestran "la asimetría cuando es el pasajero el que decide cancelar su reserva dentro de las 24 horas previas al inicio del viaje y las aerolíneas lo penalizan reteniéndole un porcentaje del mismo".

Acerca de las expectativas de reacción de las aerolíneas ante esta norma, en la subsecretaría aclaran que muchas de las líneas aéreas ya están sujetas a estas reglas, ya que vuelan a Europa o son de ese origen.

Fuente: la nacion - diariodeturismo