Como antes
A último momento se agregó un acompañante y comprar la entrada adicional, media hora antes de comenzar el partido, fue un trámite simple, sin necesidad de hacer fila.
Desde el estacionamiento hasta la puerta 25, fue un trayecto calmo, cruzándonos con familias enteras, gente alegre, feliz, muchas camisetas celestes, ninguna de clubes.
No había tablero electrónico en la Colombes y en la Amsterdam, un cartel rojo con letras blancas decía Uruguay - Bolivia; estaba previsto el espacio para ir poniendo los goles, pero no se utilizó.
No había, ni en la Amsterdam ni en la Colombes, barrasbravas, ni banderas de manera excesiva, ni bengalas, ni serpentinas, ni bombos, platillos y mucho menos, ningún tarado de espaldas, parado sobre el canto del balcón, dirigiendo ninguna turba.
Salvo en un par de ocasiones, cuando se reclamó la rebaja del precio de las entradas y el ingreso de Carlos Bueno, no se escucharon palabras soeces.
Se batieron palmas, se hizo la ola en varias oportunidades y se cantó "soooy celeeeeste" muchas veces.
¿Habrá sido solamente el precio de las entradas lo que nos permitió vivir una tarde tan especial?
Si los que no vinieron a las cabeceras, fueron al Pilsen Rock,¿por qué allá son civilizados y en el fútbol vándalos?
De todos modos, los precios caros imposibilitaron la concurrencia a mucha gente que habitualmente va a los partidos. Creemos que es un gravísimo error de parte de las autoridades de la AUF la fijación de estos precios y deberán reverlos sin falta.
El fútbol, por más que se haya convertido en un gran negocio, es un deporte popular y no se puede expulsar, por razones económicas, a sus más fieles clientes, los trabajadores, los humildes, la gente del pueblo.
En todo caso, la existencia de indeseables en nuestra sociedad, los ausentes en la tarde del sábado, responden a un fenómeno bastante complejo , que no es éste, el espacio apto para tratarlo.
Pero, el mensaje es, si queremos volver a ser una sociedad ejemplar como la que fuimos, un pueblo civilizado, con demostración pública de buena educación, sería buena cosas pasar reiteradas veces por TV, el video de la tarde del sábado. El Estadio Centenario fue una fiesta donde reinó el buen gusto y la buena educación, como antes, cuando al fútbol no iban las lacras.
Como siempre
Cuando se entonó el himno de Bolivia, se escucharon tímidos silbidos.¿Para qué? ¿por qué?
Delante nuestro, sentado en la fila anterior, el Ministro Víctor Rossi con parte de su familia. Cuando nos retirábamos, nos cruzamos con la Ministra Daisy Tourné, el Ministro Eduardo Bonomi, el Ministro Danilo Astori, la Subsecretaria Liliám Kechichian y por la tele, vimos declaraciones, a la salida del Palco Oficiakl, de los ministros Héctor Lescano y José Mujica.
Ninguno de los altos funcionarios del Poder Ejecutivo mencionados, con custodias ni aparatos especiales. Como ha ocurrido siempre en nuestro país, mezclados con la gente común, sin ningún tipo de medidas especiales. Ojalá que esto no cambie nunca. Esta costumbre quiere decir muchas cosas; todas buenas sobre el marco cotidiano en que transcurre la vida en el Uruguay.
El Negro