Siendo aproximadamente las 3 de la madrugada de hoy, el buque noruego que trajo 80.000 toneladas de crudo ruso para ANCAP, estaba descargando con el procedimiento habitual, es decir: desde el barco al muelle. No se había descargado más de la mitad, cuando el capitán comenzó a sentir un fuerte olor a combustible y de inmediato procedió a ordenar el cese de la operación.
Comprobada la falla, originada por la rotura o desplazamiento de un codo de manguera, dio aviso de inmediato a ANCAP y a la Prefectura de Punta del Este.
Comenzó a actuar en seguida, el Comité de Emergencia y se ordenó el cierre interno de la boca de acceso a la Laguna de José Ignacio.
Se estima que el derrame producido es menor a los 15.000 litros, límite que demarca si es grave o no.
El petróleo derramado está siendo conducido por el fuerte viento reinante en estos momentos hacia la costa y se observa en forma diluída afortunadamente.
Están trabajando varias decenas de efectivos equipados con botas, guantes y bolsas quienes manualmente recogen el crudo que llega a la orilla y lo transportan a camiones.
La mancha está concentrada en la superficie que va desde la boca de la Laguna, hasta la Playa Mansa de José Ignacio.
Reina el optimismo en la rápida solución del problema y se pone énfasis en resaltar que este incidente, nada tiene que ver con el siniestro del San Jorge de hace una década; en aquella oportunidad, el crudo derramado lucía una gran viscosidad debido a la gran cantidad. Ahora, como ya va dicho, se aprecia muy diluído.