Cuando el viernes pasado, en una de las didácticas charlas telefónicas que me concede, en las cuales "me tira 78 ideas o datos por minuto", le dije que me iba a Buenos Aires, como si hubiese presionado un link donde te dicen que hacer, lanzó un montón de datos y como cada vez habla peor y yo tal vez me esté quedando medio sordo y le entiendo menos, me quedaron apenas dos, clarísimos: "andá a ver el Park Hyatt y el Faena+Universe".

Entre las vueltitas de siempre, el teatro y comer, me quedó tiempo solamente para el Faena y esa visita originó el cuento que publicamos ayer, firmado con mi seudónimo-apodo.

Antes de mediodía recibí un mail que en la parte medular decía:

"Señor Director:  ¡Bienvenido al Siglo XXI!
Hace unos años, cuando escribía para El País, fui a Buenos Aires, visité el Faena y lo conté en una nota.
Obviamente lo visité como un turista más, ya que en estos hoteles identificarse como agente de viajes o periodista no es muy bien recibido. Especialmente lo segundo.
Mo hay que olvidarse que estos hoteles, tienen un público de alto nivel que busca la privacidad y evita el acoso de la prensa. Pagan por ello."

Asimilé el comentario y como estoy suscripto, busqué en el archivo de El País Digital y encontré la nota.

¿Cómo le explico que hay gente como yo, a la que le pasa lo que a mí?

Cuando me senté a contar mi visita ante el PC, se me ocurrió que la mejor forma, era con humor, como lo quise hacer y además, porque hay asuntos, como éstos, que no son para todos, yo incluído.

Pero lo que importa, lo que motivó este artículo, es compartir con ustedes, la otra cara de una visita al Faena.

La de alguien que entiende como el mejor, estos menesteres y si de estilo y tendencias se trata, aún más.

Es la mirada del profesional del turismo y el aficionado al periodismo (porque ahora no cobra, solo por ello), que para nosotros, tiene reservado el uno desde hace tiempo y por mucho más.

Fue hace algo más de tres años y en ese momento, el maestro anticipaba lo que pasaría, no sólo con el hotel, sino, con Buenos Aires. A la nota:

Sección CIUDADES de El País  
27 de noviembre de 2004

ROMANCE CON EL TURISMO

por Damián Argul
 
De Buenos Aires al mundo .
Caprichoso es el amor del turista, apasionado "estacional". Hasta ahora, Buenos Aires no había atrapado al turista de otras latitudes… 

Hasta no hace tanto tiempo, Buenos Aires no figuraba en la lista de preferencias de viajeros y ni en las principales publicaciones de viajes del mundo. Recientemente en el último noviembre nuestra colega CN Traveler la coloca como quinta ciudad preferida en América del Sur. Y es que recién ahora esta atractiva dama, está descubriendo lo que le gusta a la gente y sacando a luz muchos de sus ocultos atractivos. Y vaya si los tiene. Para descubrir otras regiones de Argentina, más jóvenes, exóticas y hasta caprichosas muchos viajeros recalaron en Buenos Aires y ésta supo hacerles el guiño justo y sorprenderlos con su innegable encanto.

Borges y Maradona. Desde la figura de J.L.Borges en La Biela, un pequeño detalle que materializa la presencia de un autor familiar para los lectores de todo el mundo hasta la masiva venta de camisetas de fútbol en todo Buenos Aires (especialmente la Nº 10 de la Selección) todo sirve para atraer al viajero. En materia de fútbol todos los hoteles ofrecen asistencia a los partidos de este deporte, y la Boca ha agregado a la calle Caminito y Quinquela Martín, el atractivo de La Bombonera y el Museo de la Pasión Boquense.

Reino del Tango. Hay que dejar de lado rencillas domésticas, y disfrutar de la omnipresencia del tango, quizás el máximo artilugio que Buenos Aires apela para seducir al extranjero: hay un Hotel de tango, con espectáculos y clases para sus huéspedes, tiendas que venden todo lo referido al tango, una parada de subte se llama Carlos Gardel y la Municipalidad ofrece un recorrido turístico visitando los lugares relacionados con El Mago. El tango se baila en la calle, hay un canal de cable llamado Sólo Tango, pero además está lleno de clubes, bares, cabarets y magníficos salones como el del primer piso de la Confitería Ideal. Hay shows de tango, estilo Las Vegas y otros más participativos para aquellos que les gusta milonguear, a mitad de camino el Bar Sur en San Telmo, nos hará olvidar viejos rencores y quedarnos con nuestra amor, con la esperanza de descubrir siempre algo nuevo. A este inventario agregamos los nuevos barrios del Palermo Viejo (Palermo Hollywood, Palermo Soho y Las Cañitas) y la increíble recuperación de Puerto Madero cuyo romance con los porteños se materializa con la inauguración del Faena Hotel + Universo: un galpón del año 1902, donde desembarcó el arquitecto y decorador francés Philppe Starck.

Estilo Starck. Reconocido como el inventor del resto-pub (Café des Costes,Paris) sus obras mas conocidas son básicamente reciclajes, logrando unificar la tradición con la más alta tecnología, pero su incesante búsqueda es el asombro, la sorpresa absoluta, cuando no la desorientación frente a sus "instalaciones". Sin omitir un reto a la inteligencia y un toque de alegría... pues sus hallazgos despiertan la sonrisa complaciente. Preciso es señalar que Starck paralelamente, es reconocido como diseñador de objetos desde su famoso exprimidor "Araña" a relojes, teléfonos celulares y muebles que se muestran en las grandes boutiques y en en sus propios Hoteles.

No es muy fácil encontrar la entrada al El Porteño, como se llama el galpón que alberga al Faena Hotel + Universe.

Como todos los edificios "starckeanos" la puerta pasa desapercibida, sin grandes carteles o ninguno, marquesinas ni banderas. Parece una entrada utilitaria hasta que al traspasarla nos encontramos con un enjambre de solícitos recepcionistas, dispuestos a ayudarnos. Tras pasar su puerta de acceso nos encontramos con un ambiente que nos transporta a un castillo de Transilvania: un corredor de 10 metros de altura y 80 de largo, sobre el que se despliega una alfombra rojo Faena y con delgadas y largas mesas, que ayudan a la sensación de profundidad. El corredor lleva directamente a los ascensores, sin que en el camino nos detenga un mostrador de recepción o consejería. En primer lugar por lo que no lo hay, ya que la atención al cliente es, dicho con todo respeto, al paso; " gerentes experimentados" lo registrarán si no lo hizo el chofer cuando fue a buscarlo al aeropuerto. Si quiere descansar hay un living muy "home" con cómodos asientos, estufas a leña, biblioteca e intensas aromas de exquisitos granos de café. Este living como todas las áreas comunes, están distribuidos a ambos lados del corredor, como el comedor todo blanco decorado con metopas con forma de unicornios, muy Starck por supuesto.

Las habitaciones mantienen la originalidad y el confort, acorde al resto. Su funcionamiento es también sorprendentemente grato.

Como una hermosa dama que por tenerla cerca no reparamos en sus afeites, no omitamos de disfrutar de estos u otros encantos de Buenos Aires. Si no reparamos en ellos, otros lo harán.