Punta del Este es el buque insignia, sin discusión.
Colonia, al influjo del gran crecimiento de Buenos Aires, trabaja bien, capta y crece.
La zona termal tiene doce meses de temporada; envidia universal.
Rocha, a pura belleza agreste, a poco se decidan dos o tres obras fundamentales de infraestructura, termina de explotar y tiene un desarrollo asegurado que insumirá varias décadas.
Montevideo, a pesar de su gobierno, por el sólo hecho de ser la capital de un país que está descubriendo al turismo, debería tener un futuro cierto.
Canelones, como me decía el amigo que isnpiró esta reflexión, hace pocas horas, con un puente desde Villa Argentina a La Floresta, en el área costera, no sobre la ruta, más la construcción de Altos del Águila, convertiría a la principal ciudad balnearia del departamento, en Gran Atlántida.
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Lo decía en reciente entrevista Miguel Angel Acerenza: "Hay que pensar en Piriápolis, desarrollarla y direccionar hacia alli el turismo de paquetes; Punta del Este no debe construír un sólo hotel más, debe ser destino de turismo residencial".
El balneario de Francisco Piria tiene, además de sus notorias bellezas naturales, ventajas comparativas para desarrollar, como pocos:
- El moderno aeropuerto de Laguna del Sauce;si bien se le conoce como la terminal aérea de Punta del Este, está en jurisdicción de Piriápolis.
- El puerto de Piriápolis. Puede recibir embarcaciones de buen porte.
- El Castillo de Piria ; a partir de la vinculación de su hacedor, con la alquimia, se puede edificar la historia, la
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- El Hotel Argentino , su centro termal marino, su casino, su propia historia.
- La rara conjunción de playa y cerros. La rambla construida a semejanza de las de la Costa Azul y la gastronomía ,desarrollada en base a frutos de mar, son atractivos determinantes.
Habrá que pensar en la forma de "ganarle" terreno al mar y ensanchar la fina faja de arena de la playa céntrica, la tradicional .Paralelamente, ir imponiendo y "marquetineando", en un simil del camino a La Barra desde la Península, toda la faja costera hasta Punta Negra.
La espectacular ruta 60 que une al mar con la sierra, es la vía apta para desarrollar la zona uniendo los dos atractivos capaces de romper por si solos, la estacionalidad, a través de un entorno panorámico ideal..
Minas y sus alrededores, precisan también inversión y creatividad pero en este caso, más aún que Piriápolis, donde es necesaria imperiosamente la acción estatal, se puede "abrir la cancha" para la inversión privada.
- Hotelería
- Gastronomía
- Parques temáticos
- Desarrollo de todo lo artesanal
- Optimización de los entornos naturales del Cerro Arequita, del Salto del Penitente, del Parador Salus, del Cerro del Verdún, entre otros.
Creemos que se debe comenzar a trabajar en este sentido.
Estamos convencidos que nada de lo dicho es utópico, por el contrario, realizable y a corto plazo. Nos vemos.