principal balneario. Anduvimos por allí y quisimos llegar hasta Lapataia.
Hacía mucho tiempo que no íbamos al emblemático tambo y no recordábamos con precisión el camino.
Desde Solanas, nos quedaba a mano, según lo indicaba un cartel ubicado en el inicio del camino a la Laguna y a unos cinco kilómetros.
Por esa ruta, nunca pudimos llegar, así de deficiente es la señalización; debimos volver a la interbalnearia, tomar el desvío en Portezuelo, por debajo de la ruta y allí si, por más que el camino no es muy bueno, está muy bien señalizado y es fácil el acceso.
Ya que estamos con este tema, cada vez que entramos a Punta del Este nos preguntamos lo mismo: ¿por
Cuando regresábamos ayer, a la altura de Pinares, vimos una gran aglomeración de gente en la rambla e inmediatamente pensamos en las ballenas; no nos equivocamos, varios ejemplares habían llegado hasta muy cerca de la costa y eran la delicia de chicos y grandes que tomaban fotografías, filmaban y comentaban.
La anécdota risueña la protagonizaron un niño su madre.
El chiquito no tenía muchas ganas de irse de la playa y la madre que caminaba delante de él, apurada, no tuvo mejor idea que decirle: "apuráte que si no, nos agarran las ballenas....".
Cuando vemos este espectáculo cada año, más reafirmamos la necesidad de estructurar el plan nacional de turismo.
Desde que estamos en el turismo relacionamos a las ballenas con Península de Valdés; sería hora que
SAH