La llegada de las fiestas complicó la situación en los aeropuertos.
La intervención presidencial se produjo luego que miles de personas quedaran varadas en aeropuertos brasileños debido a demoras y cancelación de vuelos.
En San Pablo, un grupo de pasajeros llegó incluso a bajar a la zona donde se estacionan los aviones para expresar su frustración por no poder viajar.
Muchas de las personas que no pudieron abordar sus vuelos acusaron a las autoridades y a las empresas de no informarles las causas detrás de las demoras.
"Tanto ANAC (Agencia Nacional de Aviación Civil), como INFRAERO (agencia administradora de aeropuertos) y la Fuerza Aérea deben tratar de cuidar al pasajero con el máximo respeto. Cada empresa que tuviera un problema precisa comunicarlo al pasajero", dijo Lula en conferencia de prensa.
"Faltó todo"
La crisis comenzó en octubre pasado cuando los operadores aéreos decidieron a trabajar "a reglamento" en reclamo de mejoras laborales.
Luego siguieron los problemas de infraestructura, falla en las comunicaciones, caída del sistema informático de la aerolínea TAM -la mayor del país- y las malas condiciones meteorológicas.
El considerable aumento en el número de pasajeros debido a las fiestas de fin de año agravó la situación creada por todos estos factores.
Una comisión parlamentaria que investigó la crisis aérea pidió la destitución del ministro de Defensa, Waldir Pires, y del comandante de la Aeronáutica, Luiz Carlos Bueno.
Según el diputado Carlos William, miembro de la comisión, "faltó de todo: mejor planificación, capacidad de gestión, equipos adecuados y personal".
fuente: BBC Mundo