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Lunes, 01 Enero 2007 18:54

Atentado de ETA en Barajas.

ETA "no tenía intención de matar" en el atentado del sábado en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, sino que quería "llamar la atención" del gobierno español sobre el bloqueo del proceso de paz.

La izquierda abertzale (independentista) vasca considera que este proceso "no está roto" tras el atentado con una furgoneta bomba, y tras el que dos ecuatorianos están desaparecidos. De confirmarse su muerte, podrían convertirse en las primeras víctimas de ETA desde mayo de 2003.

En el caso de que se les encuentre muertos, se trata de "víctimas accidentales", porque ETA había prevenido con antelación de esta explosión para permitir la evacuación del aparcamiento donde tuvo lugar el estallido, precisaron fuentes independentistas vascas a la AFP.

Se espera que la organización independentista armada vasca publique un comunicado o una declaración en los próximos días para explicar su posición, aunque el domingo todavía no era posible prever su contenido, añadió.

ETA está actuando como lo hacía el IRA irlandés en los años 90 frente al gobierno británico, empujando a "mover ficha" al gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, subrayaron las fuentes.

Sin embargo, tras la "suspensión" de las negociaciones anunciadas el sábado por el líder del gobierno, las mismas fuentes admiten que será difícil retomar las discusiones si ETA "no ratifica específicamente su posición de renuncia a las armas".

Sin palabras

ETA puso fin este sábado a nueve meses de "alto el fuego permanente" con un atentado en el aeropuerto de Madrid, que llevó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a suspender todas las iniciativas de diálogo con la banda terrorista.

La tercera tregua en la Historia de ETA, grupo que ha asesinado desde 1968 a más de 850 personas para lograr la independencia del País Vasco, duró 281 días y acabó con la explosión de una furgoneta bomba en uno de los aparcamiento de la terminal 4.

A diferencia del final de las treguas anteriores, en 1989 y 1998, no hubo anuncio previo de la dirección de ETA y fue una llamada a primera hora de la mañana a los servicios de ayuda en carretera en el País Vasco la que avisó de una inminente acción terrorista.

La detonación se produjo a las 08.00 horas GMT del sábado 30, cuando el edificio terminal recibía gran afluencia de pasajeros en una jornada especialmente concurrida al tratarse de la víspera de Nochevieja.

Las fuerzas de seguridad acababan de llegar al lugar cuando se explotó la carga, que derrumbó cuatro plantas de uno de los módulos del aparcamiento y pudo atrapar en el interior de sus coches a dos personas, dos ciudadanos ecuatorianos, que están desaparecidos.

Se trata Diego Armando Estacio Sivisapa, de 19 años, que había acompañado a su novia a recoger a su madre, que llegaba procedente de Ecuador, y que decidió quedarse en su vehículo a "echar una cabezada", según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Las mismas circunstancias podrían rodear la desaparición de su compatriota Carlos Alonso Palate, cuya ausencia fue denunciada horas después por sus familiares, quienes explicaron a las autoridades que también se había desplazado a Barajas a recoger a un pasajero.

Efectivos de bomberos y de los servicios de emergencia trabajan en la zona para tratar de localizar a estas personas, en medio de los escombros del aparcamiento, cuyas cuatro plantas se desplomaron como un castillo de naipes a consecuencia de la explosión.

La acción terrorista asestó un duro golpe a las intenciones del Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero de lograr el anhelado fin de la violencia de ETA a través del diálogo con su dirección.

Sólo 24 horas después de hacer balance de 2006 y hacer gala de su confianza en el proceso de paz abierto con el alto el fuego declarado por ETA el 22 de marzo, Rodríguez Zapatero tuvo que volver a comparecer ante los medios y lo hizo con un tono mucho más grave.

Tras conocer el atentado, suspendió sus vacaciones navideñas en el sur de España y regresó al palacio de la Moncloa para anunciar la suspensión de todas las iniciativas de diálogo.

"El de hoy es el paso más equivocado e inútil que han podido dar los terroristas", subrayó el jefe del Ejecutivo, quien reiteró que "la condición para el diálogo es y será la voluntad inequívoca de abandono de la violencia por parte de ETA".

Por lo tanto, agregó Rodríguez Zapatero, "hasta que en un futuro no exista una voluntad inequívoca, no habrá ninguna posibilidad por parte del Gobierno de aproximar ningún diálogo con la banda ETA".

Antes había hablado con el líder conservador, Mariano Rajoy, quien consideró que lo sucedido respalda la tesis de su partido durante todos estos meses, en el sentido de que no cabe dialogar con ETA si no es para hablar de su disolución inmediata e incondicional.

Todos los grupos políticos coincidieron en que el proceso de paz sufrió un golpe durísimo, a excepción de Batasuna, el ilegalizado brazo político de ETA, cuyo portavoz Arnaldo Otegi dijo que "el proceso de solución al conflicto político vasco no está roto".

"Desde nuestro punto de vista, ese proceso no esta roto y queremos decir más: no sólo no está roto, sino que es más necesario que nunca", indicó Otegi, quien responsabilizó al Gobierno español de que se haya llegado a esta situación de "bloqueo".

El Gobierno regional del País Vasco destacó la "desesperanza" que produce este atentado y su portavoz, Miren Azkarate aseguró que "no quiere y no puede" dar por "roto" el proceso de paz.

Azkarate lamentó que se haya vuelto a "introducir en el corazón de los ciudadanos desesperanza, frustración y miedo" con este atentado, y acusó a sus autores de dar "la espalda al pueblo vasco", al "decidir que los problemas se solucionan haciendo la guerra".

Al igual que el ministro del Interior, la portavoz destacó la "sorpresa" por el atentado "sin que ETA haya anunciado previamente la interrupción y la ruptura del alto el fuego permanente", como hizo en las treguas de las décadas de los 80 y los 90.

En 1989, con el socialista Felipe González como presidente, y en 1998, con el conservador José María Aznar, ETA anunció que daba por terminados los periodos sin atentados, varios días antes de volver a llevar a cabo acciones con armas o explosivos y causar víctimas.

EFE