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Lunes, 02 Febrero 2009 06:12

El síndrome pos vacacional

  En Europa debaten sobre la existencia de un "mal de moda" que se padecería a la vuelta del descanso anual. Los uruguayos se entristecen, pero no se enferman.


Está más nervioso o cansado que de costumbre? ¿No puede evitar sentir tristeza tras la vuelta a la rutina laboral? ¿El despertador lo irrita? Pues bien, en el Viejo Continente se debate un nuevo concepto en el área de la psicología que habla de algo así como síndrome o depresión pos vacacional. Algunos expertos señalan que no puede referirse al mismo como una patología, mientras que otros sacan a relucir varias encuestas que revelan que uno de cada tres trabajadores "afirma pasar cansancio, desánimo e incluso falta de ilusión durante los primeros días de retorno a la actividad laboral", según consigna el diario El País de Madrid en un artículo que lleva el título "La reincorporación es un trauma para uno de cada tres empleados".

En Uruguay, luego de un enero "caliente" en su sentido más literal, una buena parte de la población retoma actividades mañana, tras veinte días o mes de descanso anual. El psicólogo laboral Gunther Gamarra observa cierto desánimo entre quienes regresan a Montevideo, pero afirma que eso no es motivo de consulta ya que no se trata de una patología. Gamarra es de la teoría, como varios especialistas internacionales, que tal síndrome pos vacacional no es un enfermedad sino apenas una adaptación que necesita la persona para pasar de una situación a otra. "Es un fenómeno normal, quizás de tristeza. Se pasa de un período de mucha alegría y diversión a otro más "normal". En ciertas ocasiones, a la persona se le dificulta adaptarse a la rutina, nada más que eso", indica el psicólogo.

Mientras algunos investigadores europeos ofrecen cifras sobre ese mal de moda, otros señalan que "la patologización de la vida cotidiana ha provocado que socialmente se consideren enfermedades a numerosos contratiempos del día a día", se señala en El País de Madrid.

Sin embargo, hay quienes disienten por completo. Según declaraciones al diario español del psicólogo laboral Iñaki Piñuel, los entornos laborales son cada vez más lugares de estrés y de incidentes.

"En esas situaciones, al volver al trabajo el organismo lo indica de muchas maneras, transformando su protesta en una somatización a desarrollar ataques de pánico, insomnio, dolores musculares y articulares, náuseas e incluso vómitos. La persona no sabe qué le pasa, al cabo de unos días vuelve a aclimatarse a esta situación anómala, se acostumbra", declaró Piñuel, quien entiende además que "este mal no es más que un síntoma de otras causas como estrés, síndrome del quemado o acoso laboral."

Para contrarrestar la teoría de Piñuel, otros especialistas señalan que en realidad no se trata de "síndrome pos vacacional", sino que ciertos individuos pueden considerarlo "como malestar por el regreso y en realidad se está enmascarando una depresión real". Eso sí resultaría peligroso, aclaran.

ni muy muy, ni tan tan. Está claro que volver la rutina anual luego de un período de descanso y de diversión no produce alegría, pero tampoco significa un trauma para los uruguayos, según se desprende de las reflexiones del psicólogo Gunther Gamarra.

Ahora, ¿es normal sentir esa suerte de bajón previo a la reintegración laboral? "Eso depende de la personalidad de cada individuo", dice Gamarra, quién no observa un patrón general. "Hay mucha gente que regresa con las pilas cargadas y ganas de retomar actividades, y otra que no tanto", añade el experto.

estrés. A no descartar tampoco que las vacaciones en sí también son una situación estresante, dice Gamarra. "En ocasiones se convive con varias personas en un lugar pequeño. Hay gente que alquila una casa chica para muchos, y eso puede llegar a generar conflictos. Incluso, las personas llegan a sentir alivio de volver al trabajo. Muchos me dicen `uf, qué bueno que volví a mi casa, tengo unos días para estar tranquilo, ordenar cosas, y luego regresar al trabajo`", afirma el especialista.

No cabe ninguna duda que si a la persona no le gusta el trabajo que realiza, le será más dificultoso retornar al mismo. "Pero en una situación estándar, de gente que trabaja en su rango de interés, no existen mayores problemas", agrega Gamarra.

En España, la reincorporación no es un problema cuando el entorno laboral es positivo. "Si de partida se está en un trabajo que produce insatisfacción, a la vuelta puede ser mucho peor, porque las vacaciones no lo resolverán y el que regresa se encontrará con la misma situación", aseguraron expertos a El País de Madrid.

De todas maneras, lo ideal para evitar lamentos mayores es "que cada persona vuelva con el tiempo suficiente como para ir adaptándose a la rutina en forma paulatina", indica el psicólogo Gamarra, quien aconseja tomarse los días de vacaciones todos juntos ya que de períodos menores, la dificultad para regresar es mayor.

"Si se cuenta con veinte días, lo mejor es tomarse quince de verdaderas vacaciones y luego pasar los últimos cinco en casa para ir adaptándose de a poco. El problema es cuando se pasa de un período de euforia y diversión a la rutina de todos los días de golpe: volver el domingo de noche y empezar a trabajar el lunes. Para aquellos que les cuesta, deben realizar el pasaje poco a poco. El conflicto está ahí, en volver y adaptarse a la rutina".

LEJOS DE TODO. Para descansar, aconseja Gamarra, lo ideal es alejarse lo más posible del entorno laboral e intentar pensar poco en esas actividades. "Sucede mucho que uno se encuentre con amigos y termina conversando de trabajo. Hay que intentar evitarlo en lo posible para descansar la cabeza. Muchas veces se vuelve de las vacaciones cansado físicamente, pero por lo menos con la cabeza despejada".

Los profesionales consultados por El País de Madrid indican que "la mejor prevención para evitar un regreso complicado a la vida cotidiana comienza en las mismas vacaciones. Pero a diferencia del psicólogo uruguayo, en España recomiendan no concentrar todos los días en un solo mes sino dividirlos a lo largo del año. "Pero lo importante -afirma Enric Álvarez, jefe del servicio de psiquiatría del Hospital de Sant Pau de Barcelona- es hacer algo completamente distinto que permita a la persona desconectar del entorno laboral. Por descontado, no sería bueno ir a un sitio donde se haga lo mismo y se vea a las mismas personas, pero en pantalón corto. Lo deseable es tener intereses aparte del trabajo, desde la lectura al bricolaje, la jardinería o los viajes, para dedicarse de cuerpo y alma, divirtiéndose y hacer (como a la computadora) un reinicio".

"Intentar evitar la queja permanente ante los compañeros de trabajo"
"Es evidente que cuando te lo has pasado bien cuesta volver a trabajar y estar triste por ello no tiene nada que ver con estar deprimido", asegura el psiquiatra español Enric Álvarez.

"El llamado síndrome pos vacacional no es nada más que el resultado de vivir 11 meses al año en un tipo de trabajo o de entorno laboral tóxico", opina contrariamente el psicólogo Iñaki Piñuel.

De todas maneras, como respuesta a quienes padecen el regreso, "la recomendación mayoritaria es buscar momentos gratificantes fuera del trabajo, evitar la queja permanente ante los compañeros de trabajo y, si es posible, retomar la actividad progresivamente, porque, como sucede con un automóvil, no se puede pasar de cero a cien en un instante", finaliza el artículo "La reincorporación es un trauma para uno de cada tres empleados" de El País de Madrid.

fuente: El País Digital