por Sergio Antonio Herrera
Aún cuando en nuestro país, hay mucha gente que sigue pensando que el
turismo es solamente viajar y mientras tanto, el mundo cada día puede amanecer con una
crisis o pandemia diferente,
no hay que perder la oportunidad de
recordar (y recordarnos) que la estrechez de nuestro mercado y la
superdependencia que padecemos, no nos permite tomarnos la vieja licencia de improvisar.
Cuando cada vez que podemos exigimos políticas de Estado para el turismo, estamos diciendo que protejamos a la actividad que en la actualidad, es la segunda en el espectro nacional y que puede ser la primera a la brevedad.
O sea, estamos hablando de algo vital para nuestra sobrevivencia: el ingreso de divisas.
Al expresar la solidaridad al pueblo mexicano miramos hacia ese apreciado territorio y no podemos hacerlo sin un gran escozor.
El turismo en México representa más del 8% del PBI.
Hoy, el mundo entero proclama borrarlo de todos los mapas turísticos.
¿Imaginan?, además de las vidas humanas, capital inapreciable, ¿el golpe que la gripe porcina le está asestando a la nación azteca?.
Una política de Estado tiene en la tapa del libro la interacción de los diversos organismos que integran el mismo.
Salud, interior, turismo, economía, industria y energía, en fin, lo que ocurre siempre que se analiza el turismo, tiene que ver con todo.
Por todos estos apuntes, un país pequeño como el nuestro, no puede seguir "haciendo la plancha" como si no pasase nada; está pasando.
No es tiempo para el humor pero, nuestra teoría que somos un país esquina con vista al mar y que por ello, el viento que sopla, limpia nuestro espacio de virus, puede ser la causa que hasta ahora, las otras gripes nefastas, el propio dengue y otros males que andan por ahí, no hayan ingresado a nuestro territorio.
Todos, deberíamos ponernos a trabajar en esto; principalmente la actividad privada que es la primera que podría verse afectada por un fenómeno como éstos pero, quizás sea mucho pedir cuando vemos por ejemplo que, dos de las principales corporaciones de nuestro sector, tienen al frente a alguien que de esta actividad sabe tanto como, quien firma, conoce de astronomía o filatelia.
Lo que decíamos hace un tiempo, este año está invadido por elecciones de todo tipo; sería bueno recordarle a los protagonistas que, paralelamente a sus apetencias personales y al carguito que la movida les provea, hay que tomar precauciones, porque de lo contrario, quizás le sea asignado el papel para el que audicionan pero, el escenario corre serios riesgos. Nos vemos.